Las tres D del renacer
- sevillejavi24
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Desaprender, Desidentificarse, Desencantarse
Tres verbos que comienzan con D y que, al iniciar un tratamiento de adicciones, uno desconoce la trascendencia que llegarán a tener en el camino.
Durante aquellos primeros meses en el Centro, mi cerebro seguía aferrado a sus viejos patrones. Me sorprendía comprobar cómo todo el proceso avanzaba a una velocidad distinta, una lentitud a la que yo no estaba acostumbrado. Era un ritmo nuevo, casi incómodo al principio, pero necesario.

Los primeros cambios reales —los que no eran sólo palabras o intenciones— comenzaron a asentarse mucho más tarde, quizá al cumplirse un año y algunos meses. Fue entonces cuando empecé a comprender lo que significaba aprender de nuevo a ser.
¿Por qué?Porque en ese primer año mi mente luchaba por aferrarse a lo conocido, aunque ya supiera que eso conocido era doloroso, inútil y dañino. Emociones como la culpa, el rechazo o la vergüenza seguían muy presentes. Cada día me guiñaban un ojo para recordarme su potente fuerza incrustada en mi cerebro.
Esa lucha por deshacerme de ellas era inútil. Estaba nadando contracorriente .No entendía cómo aún formaban parte de mí, si ya había pasado un año y me había alejado de mi anterior mundo.¿Qué más necesitaba hacer?
La respuesta llegó de la mano de una recaída, que terminó siendo mi gran maestra. Me enseñó que no debía enfrentarme, sino aceptar.Sí, aceptar lo que nunca quise ver de mí y que, sin embargo, también soy: mis sombras.
El ser machista, celoso, engreído, agresivo… esas partes que tan fácilmente veía en los demás también estaban en mí.
Recuerdo una terapia que marcó un antes y un después .El terapeuta —su nombre empieza por Fer y acaba por min—( te adoro) me pidió que me describiera. Yo respondí rápido: “Soy creativo, sensible, inteligente, ordenado…”.Él me escuchó en silencio, y después me confrontó :“Bien, puede que seas todo eso… pero también eres muchas cosas más que no reconoces”.

Aquel día tuve un despertar. Comprendí que el confronto, cuando se recibe con humildad, se convierte en el mejor aliado. Es la ayuda necesaria para sanar.
Mis ejemplos, mis humildes ejemplos, buscan ofrecer una mirada distinta sobre la adicción: una mirada que no lucha, sino que acepta; que integra cada parte del proceso de la manera más consciente.

Hoy puedo decir que mi identidad es diversa, y que es precisamente en esa diversidad —en la variedad de quien soy— donde encuentro mi paz y plenitud. Y en ese camino, sigo acompañado de las personas que quiero.
Gracias. Por mucho.
Y para finalizar siempre lo hago con alguna referencia musical y como me voy dando cuenta que los ciclos en mi vida son como una larga carretera donde el final es una utopía en sí que no alcanzaré jamás pero si podré disfrutar su viaje que mejor que decir HASTA AHORA con THE LONG ROAD de Mark Knopfler