Adolescencia: el viaje hacia tú identidad
- sevillejavi24
- 8 sept
- 2 Min. de lectura
La adolescencia es mucho más que una etapa de transición. Es un viaje profundo hacia la construcción de la identidad. En esos años, los jóvenes empiezan a hacerse preguntas que marcarán el rumbo de su vida:
¿Quién soy?
¿A dónde pertenezco?
¿Qué sentido tiene lo que hago?
Es un tiempo de exploración, de búsqueda, de ensayo y error. El cuerpo cambia, las emociones se intensifican, las relaciones cobran una fuerza decisiva y, al mismo tiempo, aparece la necesidad de independencia. Todo ello genera una mezcla de entusiasmo y, muchas veces, de confusión.

La importancia de sentirse visto
En la adolescencia, cada mirada, cada palabra y cada silencio de los adultos significan más de lo que parece. Los jóvenes no solo buscan respuestas fuera: buscan espejos que les devuelvan una imagen clara de quiénes son y de lo que valen.
Cuando esa necesidad no encuentra un lugar seguro, puede aparecer la sensación de vacío, la comparación constante o la construcción de identidades frágiles.
La raíz de la identidad auténtica
Psicólogos como Erik Erikson ya señalaban que la adolescencia es el momento crítico en el desarrollo de la identidad. Carl Jung hablaba de la importancia de integrar la sombra y descubrir el propio yo más allá de lo que los demás esperan. Y Viktor Frankl recordaba que solo quienes encuentran un propósito logran atravesar el dolor sin perderse.
En otras palabras: la identidad no se regala, se construye a través de la experiencia, del autoconocimiento y de los vínculos significativos.
Cómo lo trabajamos en Alchemy
En Alchemy acompañamos a los jóvenes en este viaje con una propuesta clara:
Primero: aprender a identificar y gestionar sus emociones, porque nadie puede construir su identidad sin conocerse por dentro.
Después: despertar su curiosidad y creatividad, descubriendo talentos que muchas veces permanecen ocultos.
Finalmente: ayudarles a diseñar un propósito de vida que los conecte con lo que de verdad les hace sentir vivos, libres y auténticos.
Todo ello no lo hacemos de manera aislada: padres y educadores en los centros forman parte activa de este proceso, porque la construcción de la identidad no ocurre en soledad, sino en comunidad
Una canción para recordar
Muchos de los padres y madres que hoy acompañan a sus hijos en esta etapa también fueron adolescentes en los años 80. Quizás recuerden escuchar canciones como “Don’t You (Forget About Me)” de Simple Minds, himno de toda una generación. Esa música
hablaba de búsqueda, de amistad, de sentirse diferente… exactamente lo mismo que hoy atraviesan sus hijos.
Recordarlo nos invita a empatizar: la adolescencia siempre ha sido el tiempo de preguntarse quiénes somos y de soñar con quiénes podemos llegar a ser.



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